En Chile la censura online está latente

by Digital Rights LAC on abril 6, 2015

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Los últimos proyectos de modificación a la Ley de Prensa en Chile (conocidos como Ley de Medios Digitales) acarrearon más de una polémica sobre cómo afectaría la expresión de los usuarios de Internet. Es que en un país con más de un antecedente de censura en la web, la defensa de la libertad de expresión se hace urgente.

Por Paz Peña, ONG Derechos Digitales.

La última polémica sobre libertad de expresión en la red en Chile estalló con la discusión de la denominada “Ley de Medios Digitales” – dos boletines (9460-19 y 9461-19) que pretenden reformar la Ley de Prensa (19.733). Si por un lado estaban sus creadores defendiéndola y apelando a que el “espíritu” de la ley solo pretendía regular los medios tradicionales de comunicación online, luego de la denuncia hecha por Derechos Digitalesotras organizaciones apuntaron los peligros provocados por un proyecto de ley con una redacción deficiente y efectos negativos para la libertad de expresión online.

El gran problema de estos proyecto es la vaguedad de sus conceptos, que vienen a empeorar la ya poco clara definición de medio de comunicación de la actual Ley de Prensa. Esta última dice:

«Son medios de comunicación social aquellos aptos para transmitir, divulgar, difundir o propagar, en forma estable y periódica, textos, sonidos o imágenes destinadas al público, cualquiera sea el soporte o instrumento.»

Con la modificación, se pretende definir qué es un medio electrónico de comunicación. Según ella, se entenderá por diario todo periódico impreso o en papel o publicado vía digital o electrónica, que se publique a lo menos cuatro días en cada semana y cumpla con los demás requisitos establecidos en la ley.

Pero si la definición de diario, como lo vemos en la Ley de Prensa, es prácticamente aplicable a todos los sitios web en Internet –incluidas las redes sociales–, la nueva distinción de “publicar al menos cuatro días a la semana” no ayuda en mucho a diferenciar entre un diario electrónico y el resto de los sitios que almacenan y distribuyen contenido en internet.

Ignorar la vaguedad de esta modificación es peligroso, pues deja abierta la puerta para que se utilice como excusa para aplicarle las obligaciones propias de un medio de comunicación electrónico –que son bastante absurdas, como dejó claro NIC Chile– a cualquier sitio web. Esto implica multas y, por cierto, la obligación de identificar al representante legal de la web, poniendo en claro peligro el derecho al anonimato.

Denunciar estos posibles efectos sobre la libertad de expresión en Chile no es baladí. Muchas veces, la opinión pública ignora u olvida diversos casos de censura en la web que han ocurrido en el país. Recordarlos sirve para comprender un hecho fundamental como es el contexto político en el que se da la posible Ley de Medios Digitales: autoridades y poderosos que están dispuestos a perseguir discursos críticos a su labor pública.

Entre los más emblemáticos está el caso de ElMercurioMiente.cl, sitio web sátira del tradicional periódico conservador El Mercurio, al que le fue revocado el nombre de dominio luego de una demanda de los abogados de Agustín Edwards (dueño), usando como excusa el abuso de los derechos de propiedad intelectual. Lamentablemente, en Chile esta situación no es aislada.

O el caso “Free Rod”, donde un tuitero se debió enfrentar al poderoso empresario Andrónico Luksic después que éste, personalmente, fuera a la Fiscalía a denunciar su cuenta sátira de Twitter (@losluksic) por supuesta suplantación de identidad.

Cómo no recordar el caso donde el actual intendente de Santiago de Chile y excandidato presidencial, Claudio Orrego, demandó a un tuitero satírico también por una dudosa suplantación de identidad, y que en esta ocasión terminó con 80 horas de trabajo voluntario para el usuario.

En este contexto, y más allá del futuro de la Ley de Medios Digitales, cerrarle las puertas a cualquier posibilidad de vulneración a la libertad de expresión en Internet es una obligación tanto de la sociedad civil como de las autoridades elegidas democráticamente.

A veces se nos olvida que la censura no es algo que solo ocurre a decenas de miles de kilómetros, como con la Ley de Blogueros en Rusia –que, por lo demás, también buscaba regular a los medios digitales–, sino que es un hecho lamentablemente más cercano de lo que quisiéramos, acá mismo, en el que se dice uno de los países más estables de América Latina.

Crédito de la imagen: (CC: BY-NC-SA) Bruno Aziz / Flickr