El papel de la sociedad civil en el debate sobre Gobernanza de Internet

by Digital Rights LAC on junio 30, 2014

globo

Por Amalia Toledo*

Hace un par de meses, tuve la oportunidad de organizar y moderar un panel de discusión en la conferencia del ‘Freedom Online Coalition’ (FOC), que tuvo lugar en Tallinn, Estonia, entre el 28 y 29 de abril de 2014. El panel, titulado Experiencias de la Sociedad Civil para nutrir el debate internacional sobre la Gobernanza de Internet, perseguía generar un diálogo entorno a cómo promover la participación de la sociedad civil en la agenda mundial sobre cuestiones relacionadas con Internet.

El panel contó con la participación de activistas de América Latina y África –Paz Peña de la ONG Derechos Digitales (Chile) y Lilian Nalwoga del Collaborative on International ICT Policy in East and Southern Africa (Uganda)–, y académicos de América del Norte y Europa –Robert Guerra del CitizenLab (Canadá) y Kristina Reinsalu de la e-Governance Academy (Estonia). A medida que las ideas eran compartidas y desarrolladas, el diálogo con el público presente se tornó vibrante y apasionado, lo que nos permitió intercambiar, reflexionar y exponer preocupaciones y opiniones en torno a la participación de la sociedad civil en la gobernanza de internet.

Durante la conversación, se destacó cómo el modelo de múltiples partes interesadas o ‘multistakeholder’ ha permitido a la sociedad civil participar cada vez con mayor relevancia en las discusiones internacionales en torno a este tema. No obstante, esto no se traduce en un modelo enteramente democrático e igualitario para las partes involucradas. Muchas veces, la fuerza que ostentan aquellos con el poder político y/o económico arrinconan a la sociedad civil y a los intereses que este heterogéneo actor traer a la mesa. En este sentido, Paz Peña afirmó que, a nivel del debate internacional, el interés público ha perdido posicionamiento, por lo que es tiempo de reinsertar en la agenda el reconocimiento de que Internet es un bien público. Añadió que el ciberespacio, de otra parte, es un lugar que ofrece la oportunidad de interconexión o ‘networking’, acercando grupos tan distantes y dispares pero que comparten múltiples necesidades e intereses. Y esto puede servir, entre otras, para retar los modelos patriarcales predominantes con el fin de empoderar a las mujeres y de transformar las estructuras de poder en aras de una sociedad más igualitaria.

Por su parte, Kristina Reinsalu compartió los esfuerzos que se han hecho en Estonia para promover la participación ciudadana, aprovechando las tecnologías digitales y, así, impulsar modelos más transparentes. Un ejemplo que ofreció fue la noción de los procesos de colaboración abierta distribuida o ‘crowdsourcing’ para el desarrollo de iniciativas que nacen desde la sociedad civil y que se hacen posibles gracias a las redes que se tejen en ciberespacio. En Estonia, nos contaba, la sociedad civil ha desarrollado una plataforma online de ‘crowdsourcing’ en la que la ciudadanía ha trabajado en propuestas políticas que tienen el potencial de mejorar la democracia en el país. A mediados de abril, el Presidente de la República presentó 15 propuestas que nacieron de este proceso. Al día de hoy, las propuestas están bajo revisión y discusión ante el legislativo. Varios aspectos pueden ser destacados de este proceso. Sin duda, Estonia goza de una sociedad civil robusta, capaz de proponer. Esto va de la mano con el reconocimiento y promoción por parte de los poderes políticos del Estado del papel que juega la sociedad civil en la construcción y promoción de una democracia participativa.

Robert Guerra también destacó algunas de la bondades que tiene la sociedad civil como son: la capacidad para atraer a las usuarias y los usuarios online, las aportaciones que han insertado a la agenda de discusión –temas de desarrollo, discapacidad, género, derechos humanos–, el activismo que ha sabido cuestionar las acciones de los gobiernos, pidiendo rendición de cuentas, etc. No obstante, Internet es un espacio de retos y transformaciones. Y en cuanto a la gobernanza de Internet y la multiplicidad de reuniones y foros que están tratando el tema, insistió en la inmensa dificultad que representa para la sociedad civil poder participar de los mismos. Por lo tanto, llamó la atención a la necesidad de promover mecanismos que faciliten tal participación.

El panorama en África del Este, de acuerdo a lo presentado por Lilian Nalwoga, dista mucho del estonio. Existen pocas organizaciones de la sociedad civil que estén trabajando en el tema: cuatro en Uganda y unas pocas en el resto de los países del este africano. Nos contó Lilian que impulsar la participación con otros actores es un verdadero reto, porque no existe voluntad política, por falta de conocimiento y entendimiento del tema tanto por parte del gobierno como de los diferentes sectores sociales, y porque el tema no es visto aún como uno de interés público. La tendencia, en cambio, ha sido la adopción de leyes que silencian las voces de las usuarias y usuarios, que acallan las voces críticas. En este sentido, Lilian subrayó la necesidad de que tanto la sociedad civil como el sector privado buscaran intereses en común para, conjuntamente, acercarse y promover el diálogo con los gobiernos. De esta forma, nos decía, podría traerse a la arena nacional y local el tema de la Gobernanza de Internet en los países del este de África.

Otras ideas fueron resaltadas durante el debate con el público asistente. Ante la pregunta sobre cómo puede apoyar el FOC, en el largo plazo, a la sociedad civil, la conclusión dada puede resumirse en la siguiente frase: “Hay que prácticar lo que se predica”. Es decir, la coalición intergubernamental busca avanzar en la libertad de Internet, promoviendo un foro para que los gobiernos coordinen esfuerzos y trabajen con la sociedad civil y el sector privado en un proceso ‘multistakeholder’ con el fin de apoyar la capacidad de las personas para que puedan ejercer sus derechos humanos y libertades fundamentales en línea. Considerando lo anterior, entonces, es de esperar que los compromisos adoptados y las acciones tomadas tengan como norte ese fin y no queden en palabras vacías. A fin de cuenta, los gobiernos representan a sus ciudadanas y ciudadanos, por lo tanto, han de velar por los intereses del colectivo en su conjunto, y no por el de unos pocos.

Una constante preocupación es la fuente de financiación para la sociedad civil y para su participación en foros internacionales. Aunque no se ofreció respuesta a este difícil tema, sí se insistió en que, para fomentar un debate balanceado en torno a la Gobernanza de Internet, se requiere atajar este problema y ofrecer mayor estabilidad y oportunidades a la sociedad civil.

Finalmente, el panel cerró con una reflexión que hizo un llamado a activar mecanismos de solidaridad entre organizaciones de la sociedad civil. Y de eso, la sociedad civil latinoamericana tiene mucho que mostrarle y compartirle al mundo.

*Amalia Toledo es coordinadora de proyectos del Grupo Derecho, Internet y Sociedad de la Fundación Karisma