Las elecciones del spam
by Digital Rights LAC on agosto 28, 2014
Internet puede y debe jugar un papel más significativo en el período electoral. Para que esto suceda, debe ser percibido el potencial democrático y el efecto comunicativo de las plataformas digitales, como resultado de sus características propias. Esto debe ser reconocido tanto por el Estado como por los ciudadanos.
Por Eduardo Magrani*
Recientemente, Jeferson Monteiro, creador del perfil “Dilma Bolada” en las redes sociales, retiró temporalmente del aire, los perfiles de Facebook y de Twitter por temor a ser responsabilizado por influenciar a los electores durante el actual período electoral. Paralelamente, los partidos políticos comenzaron a implementar herramientas de spam de SMS (mensajes de texto) y entradas automáticas en las redes sociales, preparando el terreno para una disputa estratégica de guerrilla digital.
Estos dos movimientos demuestran, por un lado, cómo los ambientes digitales vienen siendo minados con expresiones robóticas previamente programadas con el objetivo de convencer a los electores, y por otro lado, cómo su verdadero potencial como espacio público de debate no se concretiza. La inseguridad de las personas frente al hecho de ser responsabilizadas por cualquier comentario y la falta de una cultura sólida de libertad de expresión generan un efecto de enfriamiento del debate, que impide la maduración de discursos en línea y perjudica la libre manifestación del pensamiento en los ambientes digitales.
Internet puede y debe jugar un papel más significativo en el período electoral. Para que esto suceda, debe ser percibido el potencial democrático y el efecto comunicativo de las plataformas digitales, como resultado de sus características propias. Esto debe ser reconocido tanto por el Estado como por los ciudadanos.
La falta de comprensión de este potencial se evidencia inclusive en la búsqueda por la regulación de estos espacios. Por ejemplo, la legislación electoral, al hacerse cargo del derecho de respuesta en Internet, limita la respuesta a los comentarios ofensivos. Esto tiene sentido si pensamos en medios como la TV o la radio, pero muy poco si pensamos en las redes sociales. Una de las principales características de Internet es justamente permitir un flujo de información con menos limitaciones y con mucha mayor libertad para argumentar y contra-argumentar. El derecho de respuesta ya está incluido en la propia lógica de las redes sociales y de Internet, sin restricciones de tamaño y horario.
Si en períodos electorales, esta arena continúa siendo regulada de forma equivocada, reduciendo su potencial comunicativo, y pasa a ser dominada por spams preprogramados, por la autocensura de los ciudadanos – inclusive de los candidatos- sobre sus propias expresiones, quien pierde es la sociedad al limitar innecesariamente su derecho de acceso a la información y a la libertad de expresar libremente su pensamiento.
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*Professor e pesquisador do Centro de Tecnologia e Sociedade da FGV Direito Rio (CTS/FGV)