En el marco del encuentro de NETmundial realizado el mes pasado en Brasil sobre el Futuro de la Gobernanza en Internet, Argentina anunció la creación de un organismo nacional dedicado a plantear estrategias de gobernanza de Internet. Se trató de un anuncio sobre el cual la delegación argentina no hizo demasiado énfasis: el secretario de comunicaciones Norberto Berner ni siquiera mencionó el asunto en su discurso de apertura.

Por, Ramiro Álvarez Ugarte*

De todas formas, se trata de un hecho relevante. A través de la Resolución 13/2014, la Secretaría de Comunicaciones de la Argentina creó la Comisión Argentina de Políticas de Internet (CAPI). Y se trata de un espacio que parece ser el primer paso de Argentina hacia un modelo multisectorial de gobernanza. Pero todo hace suponer que el proceso será lento.

En efecto, el primer paso de la CAPI será elaborar un Reglamento de Funcionamiento Interno cuyo objetivo será “articular la participación de los distintos actores y diseñar una estrategia nacional sobre Internet y su gobernanza”. Y el primer paso será articular posiciones hacia adentro del Estado. Será luego de ese proceso interno que el CAPI se abrirá hacia otros sectores, algo necesario para un verdadero modelo multisectorial de gobernanza.

Estos modelos son complejos: la incorporación de distintos actores lleva, necesariamente, a preguntarse por la lógica detrás del modelo de acción y representación de cada uno de ellos. Y por ahora, desde el Estado, hubo señales contradictorias. En efecto, Berner reconoció la complejidad del proceso y la autonomía de cada sector para definir su forma de acción cuando señaló —en una entrevista a un periódico que “el primer desafío es definir cuáles son, en Argentina, las múltiples partes interesadas”. Y destacó que “el primer paso es definir ese universo, definir con qué teoría de la representación vamos a operar. Pero ojo: cada sector tiene que elegir sus representados, que luego hablarán en la CAPI. Eso no lo voy a elegir yo.”

La definición es interesante porque da cuenta de la autonomía relativa de cada sector, un elemento necesario para que el modelo multisectorial de gobernanza funcione como se supone debe hacerlo. Pero otras definiciones de Berner generan ciertas precauciones. Por ejemplo, Berner señaló que será necesario “salir a buscar a todas las asociaciones que tengan relación con internet, pero sobre todo a las que tengan la representación de usuarios”, lo que entra en contradicción con la autonomía relativa que había señalado antes. Y también es problemático que ciertos actores —como la empresas Fibertel— haya sido excluidos antes de que el proceso de deliberación siquiera haya empezado.

En todo caso, la Argentina no está innovando: el modelo multisectorial lleva varios años de funcionamiento a nivel internacional y local. De lo que se trata es de crear un procedimiento de deliberación y acción amplio e inclusivo, donde todos los actores relevantes estén involucrados a la hora de diseñar las regulaciones de un bien común como es Internet. Argentina parece haber dado el primer paso en ese sentido.

* Ramiro Álvarez Ugarte es Director de las Áreas de Acceso a la Información Pública y Privacidad de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC).