Internet y Política de Estado: Brasil y el futuro de la gobernanza de Internet
by Digital Rights LAC on octubre 21, 2013
Después de cancelar su visita de octubre a Washington, la presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, se dirigió a la Asamblea General de las Naciones Unidas el 24 de septiembre, durante la Reunión de Alto Nivel para el Estado de Derecho. La Asamblea General es el principal órgano deliberativo, normativo y representativo de las Naciones Unidas y comprende los 193 miembros de las Naciones Unidas. Brasileños celebraron la decisión de su presidenta de cancelar el viaje de octubre y su actitud al condenar la vigilancia de Internet por los EE.UU. en un foro público global.
Rouseff señaló que interceptar ilegalmente las comunicaciones, la información, y los datos no es una práctica que
puede sostenerse entre las naciones amigas. Al decir esto, no estaba
simplemente hablando con la indignación prefabricada tan típica de los
políticos. Ella, en cambio, habló desde una experiencia muy diferente
basada en su lucha contra la dictadura en Brasil que libró en su juventud.
En las dictaduras, la vigilancia es una herramienta esencial que protege
al régimen dictatorial. Esto es lo que hace que el derecho a la
privacidad sea un pilar de la libertad de expresión, de la libertad de
opinión, y fundamental para la democracia. Esa es la triste ironía de
empuje implacable del gobierno de EE.UU. para controlar la Internet,
incluyendo metadatos. Es el tipo de cosa que hacen las dictaduras. Lo
único que aún los hace distintos es la intención.
Soy muy consciente de que los Estados espían a los demás Estados [1].
Quienes conocen sobre relaciones internacionales lo saben bien. Pero por lo general es un asunto de espionaje entre gobiernos (o en algunos casos , entre empresas), no de espionaje de las comunicaciones de ciudadanos comunes.
(Yo soy una ciudadana brasileña que vive en los EE.UU., así que sólo puedo asumir que la NSA monitorea mis llamadas en Skype y , de hecho, mis compras de Amazon). Es posible que hayamos sido simplemente ingenuos al creer que
el espionaje a los ciudadanos no pasaba por una cuestión de principios de
democracia, cuando en realidad – lo sabemos ahora – se trataba
simplemente de una cuestión de costos. Ahora que los costos de
transacción han bajado lo suficiente para desarrollar el espionaje,
monitorear a cualquier persona se ha convertido en algo cotidiano.
Sin embargo, Brasil no es un país pequeño, y Rouseff no es una
presidenta temerosa. En la ONU, ella miró al presidente Obama mientras
afirmaba, categóricamente, que si no se respetan, no hay base para la
relación entre las naciones. Ella también fue muy específica en su
posición, exigiendo un mecanismo multilateral para garantizar los
principios básicos para la World Wide Web. En un acto que puede
significar una creciente influencia del gobierno de Brasil en la ONU y
la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT ) – la organización
internacional que está tratando de extender su autoridad a través de
redes digitales – Rouseff afirmó cinco principios esenciales de los
derechos digitales en el Internet:
«La libertad de expresión, la privacidad de la persona y el
respeto a los derechos humanos. »» Una gobernanza abierta, multilateral y democrática, llevada a
cabo con transparencia, mediante la estimulación de la creatividad
colectiva y la participación de la sociedad, de los gobiernos y del
sector privado. »«La universalidad del aceso a Internet que garantiza el
desarrollo social y humano y la construcción de sociedades inclusivas
y no discriminatorias «.» La diversidad cultural, sin la imposición de las creencias,
costumbres y valores.»«La neutralidad de la red, guiada únicamente por criterios
técnicos y éticos, siendo inadmisible restricciones por razones
políticas, comerciales, religiosas o cualquier otro propósito .»
Estos principios fueron aplaudidos por la sociedad civil internacional
y reflejan el debate brasileño del Marco Civil, localmente conocido
como la Constitución brasileña para Internet. El Marco Civil podrá
ser una legislación pionera nacional que garantizará los derechos
civiles en el uso de Internet. En el ámbito internacional, el Marco
Civil podrá representar una de las legislaciones mas innovadoras que
exprese una plataforma de derechos para Internet. Rousseff expresó
recientemente su apoyo al Marco Civil y ha ordenado que sea procesado
en el Congreso bajo una revisión acelerada de 90 días (45 en la
Cámara y 45 días en el Senado).
Rouseff no está sola al pensar y decir que la soberanía nacional
incluye el derecho de ciudadanos a vivir una vida privada dentro de
las propias fronteras de su país. Sin embargo, al contrario de otros
países, Brasil es uno de los únicos que tiene los recursos para
codificar el principio de privacidad en el código de la propia red. El
país se conectó por primera vez a Internet en 1990, y hoy día la
conectividad ya está disponible en la mayoría de las regiones del país
a través de una variedad de tecnologías. Son más de 94 millones de
usuarios de Internet, y somos segundo a nivel mundial en número de
usuarios de Facebook. Brasil ahora quiere ofrecer conexión a Internet
más allá de sus fronteras y construir más puntos de intercambio de
Internet en un esfuerzo para tener más control sobre su
infraestructura de comunicación, un elemento económico básico que
también permite un mejor control sobre lo que sucede con la
privacidad de sus ciudadanos.
Como informó Bill Woodcock para Aljazeera América hace algunas
semanas, Rousseff anunció también medidas para aumentar el acceso
nacional a la banda ancha, incrementar la conectividad internacional de
Internet, promover la producción de contenido nacional, y fomentar el
uso de software y hardware de producción nacional. Sin embargo,
algunas de estas medidas no son nuevas ni son una respuesta inmediata a
las revelaciones de Snowden. Brasil invierte en las TIC desde hace
algunos años, incluso en banda ancha bajo el Plan Nacional de Banda
Ancha de 2010 – retrasado en sus resultados pero todavía en
marcha-. En última instancia, este movimiento de Brasil hacia la
expansión de sus infraestructuras de TIC sugiere que, en lugar de
depender de cables de EE.UU. , de las empresas estadounidenses , y de
la política de estado de EE.UU., Brasil tiene como objetivo lograr un
papel de liderazgo en la gobernanza de Internet, proporcionando la
infraestructura básica de Internet para el país y conectando el país
con otros países del Sur Global.
Es decir, el gobierno brasileño tomó uno de los principios clásicos de
Internet y está aplicándolo al arte de gobernar: interpretó la
vigilancia como un daño , y quiere construir la una ruta alternativa. Brasil
es uno de los pocos países que puede simplemente tomar nuevos cables
sobre los que los EE.UU. no tiene control , e imponer la privacidad
por defecto en los sistemas. Véase, por ejemplo , el cable de BRICS.
En el momento en que se completa, el cable BRICS será el tercer cable
de telecomunicaciones submarino más largo del mundo, cubriendo una
distancia de 34.000 km.
A pesar de la retórica de un ciberespacio libre de la influencia
del Estado, el aspecto físico de la red hace que esta sea vulnerable al
arte de gobernar. Hasta ahora, el arte de gobernar Internet fue
dominado por un Estado que impone una cierta prioridad – el control
por medio de la vigilancia – a expensas de las libertades civiles.
Pero no hay nada en la red que impida que un Estado con otras
prioridades pueda unirse a la refriega.
¿Esto significa que mediante la creación de su propia infraestructura,
Brasil quiere tener más control sobre Internet? Esta es la pregunta
que todos deberíamos tener en el fondo de nuestras mentes mientras el
país desarrolla su infraestructura y su gobernanza. La sociedad civil
brasileña también debe exigir una serie de controles y equilibrios,
para que no se sorprenda más tarde con los programas de inteligencia
que el gobierno brasileño podría imponer. Esta necesidad de la
transparencia y la rendición de cuentas es aún más indispensable ahora
con la Copa del Mundo de 2014 que se acerca – Brasil ha desplegado una
infraestructura tecnológica masiva para vigilar a los juegos y eventos
proximales en nombre de la seguridad. Será interesante ver cómo y
cuándo esta configuración se desmonta-.
Esta infraestructura de las TIC puede ser capaz de ayudar o perjudicar
a la Internet abierta, dependiendo de su diseño y su uso. Una vez más,
todos debemos mirar si el diseño distribuido es el modelo de
este proyecto Brasileño y de los países del sur global y si Brasil es
realmente parte del grupo de países que apoyan en la acción, no sólo
con palabras, el futuro de Internet abierta y libre.
[1] Por ejemplo, ha sido publicado que los Estados Unidos usaron informaciones recolectadas por la NSA para influenciar los votos de los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, acerca del tema nuclear iraní en 2010.
* Carolina Rossini es parte del Proyecto de Libertad de Internet y Derechos Humanos, en el cual es Directora del Proyecto del Centro de Investigaciones de América Latina.